Pones la televisión y sólo haces que escuchar y ver quejas de lo mal que les va la vida a algunos y de lo poco que se les ayuda, abres el periódico y sólo haces que escuchar quejas de no se que sector empresarial que dice que se hunde y que sin ayuda no puede salir, y pones la radio, y te encuentras a los trabajadores de no se que empresa que se quejan de que se quedan en la calle y que alguien tiene que intervenir. ¿Y si en lugar de quejarnos todos de todo y de pedir ayuda hacemos algo?
Es curioso, ninguna de estas cosas que he mencionado y que hoy se escuchan cada día son para aportar ideas positivas, ni son para proponer cosas nuevas, o ni tan siquiera para exponer en como se esta luchando por reconvertirse, por superarse, para salir del pozo. Al contrario, todas las quejas que escucho son peticiones para pedir, pedir y pedir.
Pedir, pedir y pedir, ese es el gran mal que nos impide a todos (a todos, reitero) salir de una mala situación. Pedimos que este nos de, que ese nos ayude, que el otro más allá haga algo por nosotros, que claro nos corresponde. Pero ninguno de nosotros, en lugar de pedir, nos planteamos que podemos hacer para cambiar la situación, que podemos hacer para dejar de ser unos pobres pedigüeños, de dejar de poner la mano, para llenarnos nosotros las manos.
Sinceramente no lo entiendo, la empresa que está en crisis, que busque el camino, el trabajador que se queda en desempleo, lo mismo, y quien atraviesa por un mal momento en la vida, que encuentre como superarse. Yo personalmente, pase una situación muy crítica (una situación, que dudo que muchos de los que lloran la hayan pasado) en mi vida, nadie me ayudo, nunca lo pedí. Yo me superé, yo cambié, yo luché, yo conseguí ser quien soy hoy, y sólo de mí depende ser y tener, sólo de mí depende ser el que seré y sólo de mí depende lo que tendré mañana. Yo no le debo nada a nadie, nadie me debe nada a mí.
En Pymes y autónomos
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