La economía circular constituye en los tiempos que corren el único modelo válido para minimizar el impacto medioambiental negativo de tu negocio. Te contamos en qué consiste y cómo puedes aplicar sus máximas a tu empresa. Es muy difícil a estas alturas que el concepto de economía circular no te suene y sin embargo, puede que no sepas en qué consiste o cómo ponerlo en práctica en el seno de tu negocio, ya sea local y pequeño o de carácter internacional.
Si tuviésemos que asociarlo con alguna palabra, a priori estas serían responsabilidad y compromiso, tanto hacia la sociedad presente como futura, hacia el medio ambiente y el clima y el cuidado por las materias primas y los ciclos productivos.
El término economía circular promueve la producción de bienes y servicios de manera sostenible, reduciendo el consumo, el tiempo, las fuentes de energía y los desperdicios y residuos generados.
A grandes rasgos, el modelo productivo y el mercado actual, ambos focalizados en una produccion masiva, insana e insostenible nos han demostrado que el planeta no puede con lo que los seres humanos estamos haciendo con él: la huella ecológica es demasiado pesada y la demanda anual de recursos naturales sobrepasa con creces los que la Tierra nos puede proporcionar. Según indicaciones de la OCDE, el volumen de recursos explotados se ha incrementado un 65% en los últimos 25 años.
De esta manera, la economía circular busca reducir luchar contra el calentamiento global y el cambio climático, reutilizar productos y materias -prolongando su vida útil incluyendo el transporte y la distribución-, reducir la dependencia económica ante la explotación de materias primas y generar la menor cantidad posible de residuos. De esta manera, los organismos públicos y empresas que ponen sus principios en práctica hacen que todos salgamos ganando.
La economía circular y el concepto Multi R
Aplicar la economía circular en tu negocio implica repensar, rediseñar, refabricar, reparar, redistribuir, reducir, reutilizar, reciclar y recuperar la energía, valorando al máximo los recursos materiales e introduciéndolos de nuevo en el ciclo productivo, aumentando su vida y por tanto, generando menos toxicidad, contaminación, basura y residuos de toda índole.
Lo contrario a ella es la economía lineal, basada en la máxima “tomar, hacer, desechar” y que refleja una triste época fundamentada en la avaricia y el consumismo en el que los recursos, la energía y el crédito se creían ilimitados y eran fáciles de obtener basándose en una idea falsa de progreso y sin considerar las graves consecuencias medioambientales.
Son ya muchas las compañías que ya han puesto en marcha los principios de esta nueva corriente basada en el respeto al medio ambiente y la reutilización de materiales: especialmente destacan las empresas de economía social, cooperativas de trabajo asociado y sociedades anónimas laborales, una tipología que apuesta fuerte por este sector de actividad. Según la Ellen MacArthur Fundation en una verdadera economía circular, el consumo solo se produce en ciclos biológicos eficaces; por lo demás, el uso sustituye al consumo.
La web de la fundación explica que los recursos tienen dos vías: o se regeneran dentro del propio ciclo biológico o se recuperan y restauran gracias al ciclo técnico. Los tres principios clave de este modelo económico son tres: preservar y mejorar el capital natural -controlando existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables-, optimizar el uso de los recursos -mediante la rotación de productos, componentes y materiales con la máxima utilidad- y fomentar la eficacia del sistema a través del feedback y el análisis.
Algunos de los puntos clave para poner en práctica la economía circular son los siguientes:
- Integrar en el ciclo de la vida del producto el impacto ambiental para reducirlo y aprovecharlo de la forma más eficiente posible.
- Agrupar y desarrollar en un mismo espacio territorial los procesos de gestión de materiales y fabricación.
- Aplicar criterios de funcionalidad en las actividades profesionales.
- Reintroducir y reintegrar los residuos como nuevos materiales en el sistema productivo.
- Aplicar criterios de segunda vida para aquellos productos que muestran deficiencias.
- Tener una política completa de reciclaje.
- Aprovechar los residuos no reciclables para la generación de energía.
Ejemplos de empresas que aplican la economía circular
En la actualidad el pacto para la economía circular en España ya cuenta con 247 empresas y asociaciones adscritas y desde 2015 las principales directivas sobre tratamiento de residuos, envases o vertederos ese modifican con ambiciosos objetivos que desde ahora a 2030 intentarán reducir los límites de vertederos o llegar al 70% en la reutilización de los envases.
Los ejemplos se multiplican a lo largo y ancho del planeta, incluso en 2016 se crearon los premios Circular para premiar iniciativas sólidas en este campo. Sustainer Homes se trata de una empresa holandesa que fabrica casas móviles desconectadas de las redes de servicios (off-grid) mediante materiales reciclados y reutilizables y cuyos servicios de calefacción y electricidad provienen de fuentes renovables. Las emisiones contaminantes en todo su ciclo de vida representan un 4% de las de un hogar tradicional.
Drivy es una compañía que te permite realquilar tu vehículo cuando no lo vayas a usar, prolongando su ciclo de vida, mientras que otras como Redisa recolectan llantas usadas para reciclaje, evitando que vayan a parar a vertederos de basura sudafricanos.
En el caso español, el Eurobarómetro de junio de 2016 nos situaba como el tercer país de la Unión Europea con más empresas (85%) que han practicado la economía circular, superado solo por Malta (95%) e Irlanda (89%). Aquellas comprometidas con el medioambiente cuentan con el respaldo del sello ISSOP otorgado por la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (FENISS).
Por mencionar compañías patrias que han apostado por la economía circular destacamos, según revelan desde la web de Futuro sostenible, Ecoalf o Lefrik (moda y complementos); Basurama, (basura ecológica); Zicla, (elementos urbanos); ATP (iluminación); Ecodecco (muebles); Anfevi (vidrio); Cetaquia y Life Reagritech (agua); Ecotic o Tecnalia (tecnología); Neoelectra (energía); Solutex (farmacia, nutrición y cosmética) o Life Ecorkwaste (corcho).
El agua: una clave en época de sequía y cambio climático
Cabe mencionar que el agua será la gran protagonista de la Estrategia Española de Economía Circular para el periodo 2018-2020: aunque no es uno de los cinco sectores identificados como prioritarios en el borrador que está siendo sometido a información pública, se trata del ámbito dotado con la mayor dotación presupuestaria, equivalente al 57,15% de la inversión.
En total, el presupuesto para la reutilización de agua en España asciende a los 836,7 millones de euros, de los cuales 478,2 millones serían para actuaciones para contar con más recursos hídricos. Las medidas incluidas se centran en el ajuste normativo para la promoción de la reutilización de aguas residuales regeneradas, la elaboración de una guía para cumplir con la regulación europea, el apoyo al regadíos con aguas residuales o el fomento de la investigación para cumplir con los criterios de calidad y las actuaciones incluidas en los planes hidrológicos de cuencas.
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