¿Cuáles son los grandes objetivos de la vida? Para muchos, mejorar en su carrera profesional, ganar más dinero, tener una casa más grande, dirigir su propia empresa…y probablemente pensar en la próxima una vez que vendan la que ya dirigen.
No son estos desde luego los objetivos de Andrew Wilkinson, que pese a ser el CEO de startups de éxito como MetaLab y Flow ha saltado en los últimos meses a la fama gracias a “Anti-Goals“, una nueva filosofía que quiere cambiar nuestra forma de trabajar.
La reflexión de la que parte Wilkinson, que plasma en un artículo publicado en su blog personal, tiene en realidad poco de original: “Muchos de nuestros amigos, aunque objetivamente tienen más dinero que nosotros, son más exitosos en sus carreras y disfrutan de un mayor reconocimiento social, realmente tienen una vida mucho peor que la nuestra: sus agendas están llenas de compromisos, pasan gran parte de la semana viajando, sus matrimonios se desmoronan, apenas tienen tiempo para dedicar a sus hijos y descansan menos de cinco horas a diario”.
Lo que sin embargo tiene más interés es la forma en la que este directivo propone que nos enfrentemos a todos esos compromisos que nos roban nuestra energía en el trabajo. ¿Su secreto? Dejar de hacer lo que odiamos hacer. No hay ninguna necesidad de sufrir cuando podemos ser más felices en nuestra profesión. Dicho así, su propuesta puede parece bastante naïf, pero vayamos por partes.
Para ser felices en el trabajo, no basta no desearlo. Proponernos tener menos reuniones o sencillamente decidir que vamos a trabajar menos, no es suficiente. Porque al final el calendario manda. La agenda que no queremos llenar puede con todo. Los días que no queremos trabajar se acaban presentando.
Así son los anti-objetivos que triunfan en las empresas
Para cambiar esta inercia, el CEO de Metalab afirma que la clave está no en fijar nuevos objetivos (y por lo tanto tener que cumplir con nuevos compromisos) sino en definir los que denomina como “anti-objetivos“.
Es decir, en vez de intentar definir el día perfecto y cómo podemos ser más productivos, sus anti-goals pasan en primer lugar en intentar definir cómo es ese día horroroso que no querríamos tener que experimentar nunca más para después, definir las acciones que podemos llevar a cabo para ponerle remedio. Así una posible lista de anti-objetivos podría ser la siguiente:
- Nunca organizar una reunión en persona que pueda ser resuelta por e-mail o por teléfono.
- No bloquear más de dos horas al día en nuestra jornada laboral.
- No mantener relaciones de negocios con personas con las que no nos sentimos a gusto.
- No pedir favores a personas que sabemos que nos van a pedir algo a cambio.
- No trabajar en la oficina cuando no sea estrictamente necesario hacerlo (podemos trabajar en casa, en un parque, en una cafetería, etc.)
- No posponer nuestras horas de sueño por tener que trabajar, no cancelar nuestras vacaciones porque pensamos que el negocio es lo más importante.
Lo importante de la filosofía de Wilkinson es por lo tanto ese “no hacer” que sustituye al “hacer” y que nos promete liberarnos de bena parte del estrés y nos muestra el camino hacia la felicidad laboral. Y a vosotros…¿qué os parece? ¿Creéis que esta forma de trabajar se puede poner en marcha en vuestro centro de trabajo?
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