La adicción a los dispositivos inteligentes y sus aplicaciones como las plataformas de mensajería instantánea o las redes sociales no se circunscribe exclusivamente al ámbito privado, sino que afecta también al seno de las empresas. Hoy, trazamos pistas para gestionar este problema dentro de las oficinas.
La era digital ha traído consigo, como en cada periodo histórico, nuevos problemas y términos otrora desconocidos que abordan conflictos y desafíos que antaño no existían. Así, muchos sufrimos phubbing, experimentamos nomofobia y en definitiva, tenemos una estrecha pero peliaguda relación con la tecnología, que nos brinda una gran ayuda para acceder al conocimiento, compartir información o automatizar procesos pero que también puede desatar una tremenda adicción entre los poseedores de un smartphone.
La adicción al móvil salpica a miles de personas: miramos el smartphone cada 44 segundos en tiempos de espera y solamente en España, una de cada cuatro personas tiene problemas para desconectar de la tecnología, cuya adicción provoca múltiples efectos físicos negativos como el síndrome de la vibración fantasma, malas posturas y dolores musculares, problemas para conciliar el sueño, fatiga visual y visión borrosa. Y la cosa no se queda ahí, ya que el abuso del uso del móvil también ocasiona problemas mentales como el FoMO, la mente errática, o la citada nomofobia causante de ansiedad, entre otras.
Ya que ni siquiera somos capaces de abandonar nuestros dispositivos digitales en período de vacaciones, el área laboral es otro ámbito que se resiente poderosamente de la adicción al móvil. multiplicando las distraccionesEl deseo de estar permanentemente conectados nos sacude, y por tanto, mermando la capacidad de concentración y provocando que aparezcan problemas de baja motivación, falta de productividad y peor rendimiento de los trabajadores.
Dentro de la empresa, que el personal esté enfocado, atento, proactivo y dispuesto es imprescindible. Por ello, existen ciertas recomendaciones que puedes llevar a cabo para paliar este problema. Uno de ellos es que, por norma general, no se permitan los auriculares para favorecer la escucha activa, el centrarse en la tarea pendiente o la atención al cliente, de ser el caso. La música se permite, pero con características concretas como el volumen controlado o que tenga una naturaleza ambiental y sin letra, como las bandas sonoras o la música clásica.
Otra vía es suprimir de los teléfonos corporativos determinadas aplicaciones como los juegos o las apps de mensajería, aunque una alternativa que contenta más a los empleados es utilizar técnicas de administración del tiempo como la Pomodoro, que dispone intervalos de tiempo para que te concentres y te envía una señal para hacer un descanso de unos minutos, en los que el uso de la tecnología sí estaría permitido. Por ejemplo, podrías trabajar durante 25 minutos y parar durante 5, mejorando tu rendimiento gracias a la pausa entre tareas.
En muchas ocasiones, los trabajadores son capaces de interiorizar este temporizador y que su organismo reestablezca automáticamente los hábitos de concentración, algo que incide de forma positiva sobre su motivación y autoestima. Rompiendo con los viejos hábitos que nos tornan improductivos y adictos a las pantallas y asentando unos nuevos que nos permiten mejorar la efectividad mental y usar la tecnología de modo responsable, todos saldremos ganando.
Fuente | Inc
No hay comentarios:
Publicar un comentario