El día en el que muchos se vuelven a incorporar a su trabajo se sigue la rutina habitual. Se enciende el ordenador, se abre el programa de correo y aquí nos podemos quedar atrapados todo el día. Porque a la vuelta al trabajo el correo electrónico no es una prioridad.
Si tuviéramos algo urgente en nuestra bandeja de entrada seguramente el cliente nos habría llamado por teléfono. En caso de tener una respuesta automática avisando que estamos fuera por vacaciones, lo más probable es que hayamos indicado la dirección de algún compañero para que se traten dichos asuntos urgentes.
Así que por muchos que tengamos infinidad de correos electrónicos sin leer, lo cierto es que no tenemos que perder la mañana para conseguir que todos estén leídos. Lo ideal es ponernos al día en un breve encuentro con nuestros compañeros para que nos indiquen que temas tenemos pendientes.
Porque muchos de los correos que tenemos en la bandeja seguro que simplemente son informativos, ni siquiera están dirigidos a nosotros. Estamos en copia para estar al tanto de un asunto importante. Leer y responder los correos que han llegado durante las vacaciones no es por lo tanto el objetivo de este primer día.
Lo ideal es fijar una agenda de trabajo para los próximos días. Avisar a los clientes con los que tenemos asuntos pendientes que hemos vuelto y estamos trabajando para dar curso a sus peticiones, resolver sus problemas, etc. De esta forma el primer día de vuelta de vacaciones no será un día perdido.
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