jueves, 4 de mayo de 2017

Recopilamos algunas de las preocupaciones que deben ser tenidas muy en cuenta antes de comenzar cualquier despliegue en la nube si queremos tener éxito con el cambio.

La era de los grandes sistemas en el seno de cada compañía ya es algo del pasado con la irrupción en escena del cloud computing, un paradigma que promete mayor eficiencia, menores costes y una escalabilidad nunca antes vista en el entorno TIC. Se trata de un cambio de paradigma mayúsculo, en tanto que se estima que siete de cada 10 compañías ya ejecutan parte o todos sus servicios informáticos desde la nube. Otros estudios llegan incluso a afirmar que la mayoría de las cargas de trabajo empresariales se ejecutarán en la nube para 2018.


Entonces, ¿por qué sigue habiendo tanto debate en torno a este tipo de soluciones? ¿Por que seguimos asistiendo a discusiones sobre la idoneidad o no de los despliegues cloud en determinados verticales? ¿Cuál es la causa de que algunos de estos proyectos acaben fracasando?

Lo cierto es que, pese a sus numerosas ventajas, las soluciones en la nube siguen generando numerosas dudas en materias como la seguridad, fiabilidad o independencia que retrasan su implementación en algunas industrias específicas y, muy especialmente, en la Administración Pública. Desafíos que poco a poco van superando fronteras pero que deben ser identificados y abordados convenientemente para hacer que la nube explote definitivamente entre el tejido empresarial.

Seguridad y cumplimiento normativo
Una de las mayores preocupaciones en torno a la nube y que, de no ser correctamente gestionada, puede arruinar cualquier proyecto es la seguridad y el cumplimiento normativo. No en vano, uno de los aspectos clave a tener en cuenta en el despliegue de una solución cloud es tener en cuenta el cumplimiento de todos los requisitos legales respecto a la protección de datos privados o las limitaciones que se imponen entre países (o entre Europa y EEUU, por ejemplo) a la circulación de esa información.

Y no hablamos únicamente de seleccionar un proveedor que tenga sus centros de datos radicados en nuestro país, sino de que los diseñadores de aplicaciones también tengan en cuenta cómo debe ser almacenada y procesada esa información para no perder en ningún momento la integridad de los datos ni comprometer su privacidad.

Existen varias maneras de aplicar el Cloud Computing en tu negocio

En la misma línea, y en tanto que pasamos a dejar nuestros datos en manos de un tercero, muchas compañías caen o temen caer en una excesiva dependencia de su proveedor de cloud computing. Una dependencia no tanto contractual, sino en el día a día operativo de la compañía: no tener control sobre la disponibilidad ni la infraestructura en última instancia nos obligará a confiar en el buen hacer del proveedor. Confianza que debe basarse siempre en una declaración expresa de las políticas de seguridad y fiabilidad del partner, aprobadas posteriormente por el cliente.

Falta de conocimiento
Si bien las grandes compañías y los expertos en TIC conocen claramente las diferencias entre los distintos tipos de nube (pública, privada e híbrida) y los niveles en que se puede entregar (IaaS, PaaS o SaaS), muchas pymes y empresarios autónomos no poseen este conocimiento avanzado y pueden caer en malentendidos de gravedad sobre lo que están contratando, los servicios de que van a disfrutar y la capacidad real que tendrán de pasar cargas de trabajo de un modelo a otro.

Integración compleja
Algunas aplicaciones de negocio con que cuentan las empresas presentan una integración muy compleja con las principales plataformas en la nube. La cosa se complica todavía más si hablamos de una app que debe manejarse en los dos entornos o utilizar información almacenada tanto en la propia empresa como en la nube. Y termina de hacerse una bola enorme cuando incluimos en la ecuación la integración con las apps empresariales y bases de datos existentes en otras áreas del negocio.

Perspectivas del cuadro de mando integral de empresa

El sueño de conectar todos estos elementos de una manera simple, rápida y económica es, a veces, simplemente un sueño. Pero aplicando metodologías ágiles y contando con el apoyo de consultorías o integradores de confianza, la tarea puede hacerse un poco menos ardua…

Fallos del proveedor
Elegir un proveedor de servicios en la nube no siempre es sencillo: debe combinar conocimiento técnico, infraestructuras de vanguardia, servicio técnico impecable y un precio ajustado. Todo ello junto a estándares y normas de interoperabilidad que nos garanticen plena libertad de acción en un futuro. Pero, incluso más importante, debe ser un proveedor que cuente (y se comprometa) a un plan de respuesta ante cualquier emergencia que suponga un corte en el servicio: su externalización a un tercero sin coste, un respaldo en local o una compensación económica suficientemente jugosa como para compensar el daño (director e indirecto o reputacional) sufrido por la compañía.

Conexión: rendimiento y coste
La nube promete importantes ahorros en costes y mantenimiento de los servidores y unidades de almacenamiento pero, a cambio, vamos a incurrir en mayores gastos asociados a la conexión y el ancho de banda que tendremos que contratar para garantizar un buen servicio con nuestro nuevo entorno de cloud computing. Y, si bien la diferencia puede ser mínima en el caso de las apps de menor tamaño, cuando hablamos de entregar datos intensivos y complejos través de la red se necesita un ancho de banda muy amplio y fiable, cuyo coste debe ser contemplado antes de comenzar con el despliegue de cualquier iniciativa cloud.

Un artículo escrito por Alberto Iglesias Fraga

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