Hoy quiero contar una historia personal. Hace poco comí con un emprendedor amigo mío, andaluz para más señas, que heredó un negocio familiar del sector de la distribución con 21 años, se vio obligado a dejar de estudiar para dirigirlo, y hoy, más de una década después y bajo su liderazgo, ha multiplicado por 10 sus tiendas, por 20 su facturación, ha adquirido el 100% de la compañía al resto de socios, ha pasado su sede de Andalucía a Madrid y están en un proceso de expansión frenético: de ser una compañía eminentemente local, ya tienen más de 100 tiendas por casi toda España.
“Estoy preocupado, crezco a dos dígitos y mi mercado decrece a dos dígitos”
La conversación empezó sobre cómo podría ayudarle a buscar financiación no bancaria.
“Estoy preocupado” me dice “crezco a dos dígitos, en un mercado que decrece a dos dígitos“. Mis ojos como platos.
“¿Y eso es malo?” puntualizo
“No, malo no es” me responde “pero tengo a mis empleados al límite, no les puedo exigir más; a los proveedores también, ya no les puedo apretar más, y si los bancos no me dan más crédito, porque también tengo las líneas al límite, necesito nuevas fuentes de financiación para seguir creciendo“.
“Pero… ¿por qué?” le pregunto al más puro estilo Mourinho. “¿por qué seguir creciendo a este ritmo vertiginoso?”
“Eso mismo me dice mi Director General, pero mi objetivo es continuar creciendo. Si tienes una empresa y te conformas con lo que has hecho estás muerto, no te puedes quedar parado nunca. Además, crecer es la única forma de saber que lo estás haciendo bien.”
“Y… ¿cuál es tu objetivo como empresario? ¿tu visión como emprendedor?”
“¿cuál es tu visión como emprendedor?”
Me mira extrañado, como si le hubiera preguntado por la capital de Armenia, y me responde con una naturalidad asombrosa, a lo Rafa Nadal en este video.
“¿qué cual es mi objetivo final? Pues seguir creciendo todo el rato, así siempre que pueda, hasta el día que me aburra.”
Me dejó sin palabras, confieso. Trato, asesoro y charlo con miles de emprendedores cada año, y además también conozco a mucho filósofo y estudioso del mundo del emprendimiento, con los que incluso comparto sus teorías y análisis.
Pero la realidad enseña que en muchas ocasiones quizás nos empeñamos en buscar adjetivos específicos para todo, en analizar al entorno y al propio emprendedor con una profundidad poliédrica, dándole una importancia a sus acciones quizás exagerada y que al final, la forma de actuar del emprendedor sea mucho más sencilla que todo este análisis académico.
Ganar, ganar y volver a ganar
Si para el legendario entrenador y seleccionador español Luis Aragonés el fútbol (ver video) se resumía en algo tan simple como ganar, ganar y volver a ganar; para este empresario su objetivo es crecer, crecer y volver a crecer. Y punto. Sin darle más vueltas a las cosas.
Me gustó esta filosofía emprendedora, simple y llana. Tiene mucho del espíritu competitivo con el que actúa mi admirado Rafael Nadal: su objetivo en cada partido es rendir al máximo de su capacidad, sabe que solo así podrá estar satisfecho y a la postre ganar la mayoría de los partidos, además es consciente que el rival cuenta por lo que si lo da todo y pierde nunca está descontento, sabe que ha competido, le sirve de acicate para mejorar, aprender y afrontar con mayores garantías el siguiente torneo. Otra forma de ver el tan famoso ahora mismo “partido a partido“.
La mejor estrategia: trabajar siempre al máximo nivel
Asumir cualquier reto, como el emprender, con esta filosofía hace que al final el éxito o fracaso siempre dependa de ti, y no tanto de tus rivales o competidores o incluso del entorno. La mejor forma de hacer un buen trabajo es siempre hacerlo a tu mejor nivel, día a día, así aunque pierdas o fracases, sabes que siempre podrás estar satisfecho y que a la postre siempre acabarás ganando.
Confieso que me gustó esta, aparentemente sencilla, manera de enfrentarse al reto empresarial y por eso he bautizado a este emprendedor (y a los de su forma de actuar) como el emprendedor “a lo Luis Aragonés”: el que busca crecer, crecer y crecer.
Le auguro grandes éxitos, espero no equivocarme!
Un abrazo
Emilio
PD. Como buen estudioso del emprendimiento, no puedo sino encasillar a este tipo de emprendedor con una palabra inventada, espero al menos que sirva para recordarlo!
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