En algún momento de su vida profesional a todo el mundo se le ha pasado por la cabeza salir del sistema general trabajador-empresa y crear su propio negocio. En muchos casos se trata de simples quimeras o ideas furtivas que se van tan rápido como han venido, pero en otros se convierten en verdaderos proyectos personales que en ocasiones terminan viendo la luz. En blog-emprendedor han enumerado las nueve condiciones que debe reunir un buen emprendedor para saber si está listo para abrir su propio negocio:
- Capacidad para asumir y medir riesgos
- Alta confianza en sus capacidades
- Perseverancia y pasión
- Capacidad de liderazgo
- Amplios conocimientos
- Capacidad de autocrítica
- Independencia
- Visión
- Capacidad de innovar
Estas son las virtudes que deben llevar a una persona no al éxito, sino por lo menos a intentarlo, es decir, a seguir su propio camino, ‘montar’ su negocio y convertirse así en un pequeño y mediano empresario. Sin embargo, habría que añadir otros factores que también serán determinantes para que esta aventura llegue a buen puerto y se materialice en una pyme. El primero de ellos es capacidad negociadora y hasta cierto punto ‘alma de comercial’. Y es que una de las tareas más importantes para cualquier emprendedor novel es lograr lafinanciación necesario para que su pyme pueda dar los primeros pasos. En este sentido además de ayudas oficiales muchas veces es necesario recurrir a bancos y entidades financieras donde hay que ‘vender’ la idea para lograr un crédito, algo complicado en la actual coyuntura de crisis.
La última característica que debe reunir cualquier empresario o proyecto de empresario es la auto confianza traducida en no tener miedo al fracaso. “El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, decía el ex primer ministro británico Winston Churchill. Como explica Javier Fernández Gallardo en un artículo de laAsociación de Jóvenes Empresarios de Murciaexisten multitud de casos a lo largo de la historia de empresarios que no se rindieron pese no lograr sus objetivos.
El miedo al fracaso, generado muchas veces por el temor a decepcionar al entorno más próximo y a quedar expuesto en términos sociales, es uno de los males endémicos de España y uno de sus mayores handicaps en el plano emprendedor. En este sentido cabría aprender de otras sociedades como la estadounidense, donde el fracaso se entiende como parte del camino hacia el éxito y una experiencia vital que toda persona debe sufrir. De todas formas, siempre será mejor triunfar desde un primer momento y evitarse esos malos ratos.
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