¿Eres de los que va de tiendas solo para mirar, y después busca en internet ese producto para acabar comprándolo online? Si es éste es tu caso, bienvenido al club.
Parece ser una práctica cada vez más habitual; se llama showrooming. Una moda que tiene en vilo a muchos retailers, quienes a diario presencian un desfile de curiosos, que se acercan a su establecimiento, buscan los productos que más le interesan, y se van, sin más, pasando por alto una actividad necesaria para la supervivencia del negocio: comprar.
Esta práctica está llevando a los comerciantes a tomar medidas insólitas, como puede ser la de cobrar entrada por permitir el acceso a su tienda, como si de un espectáculo se tratara. Así lo hace una tienda de Australia, que ha decidido cobrar 5 dólares australianos (aproximadamente 4 euros) a sus clientes; una cantidad que se devuelve, en caso de que el cliente finalmente realice alguna compra.
Increíble pero cierto, aunque esta empresa se vanagloria de tener productos exclusivos, y de que sus precios son muy similares a los que se pueden encontrar online, se ha encontrado ante la necesidad de tomar esta iniciativa.
Aunque muy peculiar, no se trata de un caso aislado; también hemos podido saber de una zapatería en Estados Unidos que cobraba la nada despreciable cifra de 20 dólares a los clientes solo por probarse el calzado. Según aducen, se han visto obligados a tomar esta resolución, debido a que los clientes acudían a su tienda únicamente para comprobar el modelo y número del zapato, con el fin de adquirirlo posteriormente en Amazon.
Este gigante del comercio online está causando estragos entre los retailers, tanto grandes como pequeños, quienes se sienten incapaces de ofrecer precios competitivos que le permitan luchar contra sus precios. Ante esta situación, Target anunció que iba a bajar sus precios con el fin de poder seguir, así como Best Buy, según recoge el Retailer Risk Index.
Sin embargo,¿es la solución ideal poner esta especie de impuesto a los clientes por acceder a tu establecimiento? Solo el tiempo lo dirá, pero, mientras tanto, conviene no perder la perspectiva: el cliente es el principal protagonista de toda empresa, atraer clientes es la razón de ser de todo comercio; entonces ¿conviene "castigarle" solo por que quiera conocer nuestros productos?
¿Te has encontrado con algún caso similar? ¿Estás dispuesto a pagar por entrar a una tienda?
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