¿Quieres seguir vendiendo como siempre? Entonces, las redes sociales no son tu sitio.
Date media vuelta e indaga en otros lugares, no lo dudes. Las marcas no
pueden conformarse con utilizar estas nuevas plataformas con las mismas
fórmulas de siempre, pues sólo conseguirán un fracaso estrepitoso.
Engancha, fideliza, conversa, interacciona, ayuda y después de todo eso
recoge los frutos.
Plantear las redes sociales, simplemente, como un altavoz con el que
llevar tus ofertas o tus promociones sin más es un error de base que
muchas empresas cometen. Los usuarios no deciden seguir a las marcas para escuchar los mismos mensajes y recibir el mismo trato.
Como decíamos en otro artículo hace unos días, las marcas deben tener
mucho cuidado con su presencia 2.0 y los riesgos de caer en el spam puro y duro.
La filosofía en estas plataformas se basa en una bidireccionalidad que choca con esa forma tradicional de vender
dibujada en una imagen: la empresa subida a su atalaya desde la que
ofrece sus productos a unos usuarios pasivos. Ahora, éstos son más
activos que nunca y esperan algo más de sus marcas. Que los enamoren,
les aporten, les hagan pasar un buen rato, les hagan sonreír, les hagan
partícipes, les hagan vivir una experiencia única o les hagan
emocionarse.
Vender por vender ya no vale. Las atalayas desaparecen en el mismo
momento en el que las marcas abren su ventana en las redes sociales y
tienen a la misma altura a sus seguidores. Ahora, lo importante no es la venta, sino cómo conseguirla de la manera más sutil y honesta posible.
En Pymes y Autónomos
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