Tras asistir a una sesión, donde se explicaron dos proyectos que
fueron analizados por los ponentes y el resto de los asistentes y tras
varias conversaciones posteriores, sigo viendo una clara divergencia
entre los que crean la empresa desde el producto y los que crean el
producto desde la empresa.
Dejando aparte la cada vez más extendida opinión de que la idea no es
lo más importante, hay una clara diferencia entre el planteamiento de
los que crean primero el producto y desde ahí, posteriormente, empiezan a
crear la empresa (no como entidad sino como estructura) y los que
pensamos que el o los productos han idearse, como mínimo, a la par de la
estructura empresarial.
Toda actividad empresarial tiene como
objetivo la obtención de beneficios que garanticen la sostenibilidad de
la empresa y de los que trabajan e invierten en ella, para ello han de
tratarse tres grandes aspectos: la parte productiva, la parte comercial y
la gestión. La primera se encarga de definir qué vamos a ofrecer al
mercado, la segunda cómo vamos a ofrecer esos productos para obtener
ingresos a través de ellos y la tercera se ocupa de los recursos
necesarios para llevar a cabo la actividad y la posterior distribución
de lo que se genera.
¿Podemos plantearnos el inicio de la
actividad empresarial desarrollando sólo el aspecto productivo y dejando
el resto para más adelante? No voy a decir que es imposible hacerlo
así, pero desde mi punto de vista es mucho más complicado. Si
desarrollamos sólo el aspecto productivo, y no nos ocupamos del resto,
podemos llegar a un punto en el que o bien nuestro producto no sea
vendible, que sea vendible pero no rentable o que siendo vendible y
rentable no tengamos recursos económicos para seguir adelante.
Si
aplicamos criterios comerciales y económicos al proceso de elaboración
de nuestro producto podemos anticiparnos a esos problemas e incluso
realizar las modificaciones necesarias para solucionarlos. Además nos
dotaremos de una estructura lo suficientemente completa como para poder
enfrentarnos a esos financieros e inversores que apostarán por un
negocio y no por un proyecto.
Llegamos en este punto a otra parte
crucial, el equipo. Aquellos que tienen la responsabilidad de producir,
de vender y de gestionar, las personas en las que se va a confiar ese
capital necesario y de los que se esperan que sean capaces de
rentabilizar ese dinero y ofrecer los beneficios esperados. Ese grupo
multidisciplinar que pueda encargarse de los tres aspectos y que está
suficientemente capacitado para llevar al éxito a la empresa.
¿Es
mejor centrarnos sólo en un aspecto y dejar el resto para más adelante?
¿Debemos completar el equipo después y enfrentarnos a la situación de
captar capital con un sólo frente cubierto? ¿Podemos crear una
estructura empresarial desde un producto terminado o es mejor hacerlo a
la par? Pudiendo ser válida cualquiera de las dos opciones, yo veo más
factible la segunda.
En Pymes y Autónomos
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