De hecho, en la publicación Business-Opportunities nos advierten que por muy bien que nos parezca que se está desarrollando la negociación, existen algunos signos que por sí solos bastan para que se enciendan todas las alarmas y nos planteemos si merece la pena seguir adelante. Te contamos cuáles son.
1. ¿Qué nos está diciendo?
Si durante una negociación nuestro interlocutor no par de hablar, pero sólo somos capaces de entender una de cada 37 frases, nuestra señal de alarma interior se debería disparar.
Nadie
debería apostar por un nuevo negocio, una inversión o un acuerdo
empresarial en el que no entiende exactamente cómo funciona y en el que
no sabe al 101% las implicaciones de lo que supone.
Cuando
un socio potencial habla demasiado, o mucho de lo que dice no tiene
sentido, deberíamos reconsiderar entrar en ese negocio conjunto.
2. Nuestro socio o... ¿nuestro rival?
Es curioso notar cómo a veces, el que debería ser nuestro socio ideal se comporta en realidad como nuestro competidor, o incluso como nuestro enemigo declarado.
Si
antes de firmar el contrato que nos va a ligar en una aventura
empresarial común, notamos que nuestro teórico socio se comporta de
forma poco justa, o rechaza aceptar algunos de los términos que a
nosotros nos parecen más que razonables, resulta sencillo imaginar cómo
se comportará una vez que el contrato esté firmado y tengamos poco
margen de acción.
Como
consejo general, resulta recomendable no firmar ningún contrato que
implique que no podamos trabajar u ofrecer nuestros servicios a otra
empresa si las cosas con nuestro socio actual van mal.
3. ¿No confías en mí?
La mágica frase ¿No confías en mí? con
la que nuestro interlocutor querría cerrar un trato fácil, es un signo
que nos indica muy claramente (con letras luminosas y todo) que no
deberíamos confiar en esa persona.
En la misma línea, las personas que afirman que sólo cierran negocios con un apretón de manos, revelan ser socios poco recomendables cuando se presentan los primeros problemas.
4. Firma aquí, aquí y aquí
Si
siempre resulta recomendable repasar detenidamente la letra pequeña
antes de firma cualquier cosa, lo es aún más cuando de lo que se trata
es de cerrar un contrato de colaboración empresarial.
Los
contratos no siempre especifican lo que los firmantes piensan que sí lo
hace, por lo que ante la insistencia de una firma rápida e inmediata,
conviene insistir a la vez de que sólo se hará después de que haya sido
revisado por el abogado de nuestra empresa.
5. Renegociación
Otra
señal de alarma la emiten claramente las personas que cuando
teóricamente ya está todo claro y el contrato está listo para firmar,
insisten en renegociar alguno de los términos o cláusulas más
importantes en el último momento.
Estas renegociaciones de última hora no suelen esconder nada bueno, y las personas que nos empujan a hacerlo, pueden darnos nuevas sorpresas en un futuro próximo.
Un artículo publicado en Muy Pymes
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