Si alguna vez has dudado en ofrecer una opinión crítica a un compañero, no estás solo, es lo que le pasa a la mayoría dela gente.
Incluso cuando percibimos un problema, a menudo permanecemos en silencio para evitar ser vistos como unos sabelotodo que interfieren en la actividad de los demás.
Puedes superar esta incomodidad estableciendo sesiones rápidas de control. Reunirse cara a cara con un compañero de equipo durante veinte minutos. Para llevarla a cabo, es conveniente establecer turnos para evaluar la efectividad del liderazgo o la ejecución de estrategias de cada uno.
Esta es su oportunidad para proporcionar comentarios que ayuden a un compañero de trabajo a retomar el rumbo, y escuchar sus consejos sobre cómo puedes mejorar su propio rol.
Repite este proceso con cada compañero del equipo, haciendo planes para dar seguimiento según sea necesario. Ofrecer retroalimentación constructiva establece la expectativa de que todos en el equipo comparten la responsabilidad del éxito mutuo.
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