El sueño del “trabajo perfecto” es un mito. En este artículo te mostramos qué es lo que debes perseguir en su lugar. ¿Quieres saber qué es?
A nosotros, los millennials, se nos ha enseñado que podemos conseguir todo lo que queramos con un poco de esfuerzo. Pero, a decir verdad, esta frase puede hacer que te sientas con más presión que confianza. ¿Qué pasa si nunca llegas a conseguir eso que siempre has deseado?
En este punto, hay una especie de estigma social que nos obliga a “luchar por nuestros sueños” si no estamos 100% convencidos de que tenemos el trabajo perfecto.
Esto podría ser positivo…si sabemos lo que queremos. Es decir, si no tienes idea de lo que quieres hacer con tu vida, ¿cómo vas a luchar por perseguirlo?
Esto último se acaba convirtiendo en algo realmente preocupante, ya que acaba saliendo en cualquier conversación que uno tenga si uno está en la situación.
Pues bien, créeme cuando te digo que no pasa nada porque no sepas cómo es tu trabajo perfecto. Son muchos los que están en tu misma situación.
De hecho, son pocos los que entran a estudiar una carrera a los 18 y salen a los 22 o 23 sabiendo perfectamente lo que quieren hacer. El cerebro humano no se desarrolla por completo hasta los 25, así que, ¿por qué tendrías que saber cuál es tu trabajo ideal a los 22?
En ocasiones, somos nosotros mismos los que presionamos a los más jóvenes para luchar por ese “trabajo ideal”. Pero eso no es más que un mito, ya que siempre vamos a querer más. La felicidad consiste en eso, en seguir escalando peldaño a peldaño hasta realizarnos por completo.
Y cuando lo conseguimos, nos obligamos a nosotros mismos a seguir luchando por el siguiente escalón. Incluso, es bastante común llegar a esa meta soñada y deprimirnos porque no es como esperábamos.
Pero, ¿Por qué ocurre esto? El motivo principal es que somos terribles videntes de nuestra propia felicidad. El investigador Daniel Gilbert lo explica a la perfección en su libro Sumbling on Happines, ya que revela que no somos capaces de prever qué cosas nos van a hacer felices y cuáles no.
Aquí, el experto pone un ejemplo: Cuando compramos una chocolatina en un supermercado, nos pasamos la cola pensando en lo que vamos a disfrutar comiéndola.
Sin embargo, cinco minutos después, son muchos los que empiezan a pensar en lo que les va a suponer quemar todas esas calorías. Y claro, ya no son tan felices.
“Si no somos capaces de prever qué es lo que nos va a hacer felices los próximos cinco minutos, ¿Cómo vamos a saber qué es lo que nos va a hacer felices los próximos cinco años?”, relata en su libro.
En este sentido, el experto recomienda hablar con algún mentor para ayudarnos a elegir nuestro futuro.
Por otra parte, si no tienes claro cuál es tu trabajo perfecto, te recomendamos probar cosas nuevas.
Quién sabe si el problema es que aún no has encontrado lo que realmente deseas. Por ejemplo, si siempre has querido aprender a tocar la guitarra, quizás sea el momento de apuntarte unas clases.
Si siempre te ha interesado la literatura, quizás deberías apuntarte a un club de lectura. Y es que estas experiencias pueden ayudarte con tu futuro profesional.
Además, en medio de todo este proceso, no debemos descuidar nuestra vida personal. Y es que, según varios estudios, las interacciones sociales son nuestra segunda fuente para obtener felicidad. Aquí entran en juego no sólo nuestra familia o amigos, sino también el cajero del supermercado o el camarero que nos atienda mientras tomamos un café.
Por eso, es importante escoger nuestras conexiones personales con cuidado, ya que nos pueden influir de forma positiva…o negativa.
Sí, el trabajo perfecto es un mito
Hay una frase que se repite mucho en ambientes laborales: “Si te gusta tu trabajo, no trabajarás un sólo día en tu vida”.
Esta máxima puede parecer muy inspiradora pero, reconozcámoslo, es bastante utópica. Quizás algunos pocos encuentren esta estabilidad zen en sus empleos, pero la mayoría de trabajos tienen, como mínimo, un par de cosas negativas.
Cuando aceptemos esto, entonces estaremos en el buen camino y ocurrirán dos cosas: la primera, pararemos de ponernos objetivos inalcanzables; la segunda, aceptaremos lo negativo y lo convertiremos en positivo para aprender.
Debemos seguir buscando ese proyecto que nos inspire y encontrar esa chispa de la vida. Por eso, lo correcto es explorar tantas industrias y sectores como sea posible, ya que así encontraremos lo que realmente nos motiva. Además, en el proceso, creceremos profesionalmente.
Escrito por
No hay comentarios:
Publicar un comentario