martes, 17 de julio de 2012

¿Sabemos recompensar cuando exigimos?

Las acciones humanas por lo general, y sobre todo en el trabajo, se realizan por un porqué y necesitan una de contrapartida que nos alimente para seguir esforzándonos y continuar alcanzando éxitos en un futuro. Una contrapartida que no tiene por qué ser económica, aunque también, ya que puede ser en términos profesionales, de mayor participación en la toma de decisiones de la compañía e incluso personales.

Hoy quería hablarles sobre una situación muy frecuente que se manifiesta en estos tiempos de crisis, y que no es otra que la gestión compensatoria del ‘plus de productividad’ que exigimos a nuestros colaboradores. Bien es cierto que nuestros colaboradores y empleados están para ello, porque todo sea dicho, perciben una remuneración por su trabajo, pero a pesar de ello hay que tener mucho tacto para diferenciar lo estándar de un añadido o plus.


En muchas organizaciones se vive una situación de incertidumbre, saturación e incluso descontrol, hasta el punto de que la mayoría de los días se exigen esfuerzos adicionales a los colaboradores, ya sea en términos de carga de trabajo o de horas, que han de ser recompensadas si no queremos que se perciba que el esfuerzo y la predisposición no tienen ningún mérito.

En este sentido resulta muy conveniente estudiar cuáles son las acciones que están en nuestra mano y en las que nos podemos apoyar para conseguirlo, recompensando a los trabajadores más motivados para que puedan seguir teniendo incentivos para seguir trabajando en la misma línea. Tal vez en el momento actual muchas empresas no se puedan permitir recompensas del tipo económico, pero en cualquier caso siempre es más valido transmitir la situación a los colaboradores que crear falsas esperanzas.

En Pymes y Autónomos

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