viernes, 19 de agosto de 2011

Cuestiona tu negocio si quieres crecer

No debemos esperar a que empiece a llover para comprar un paraguas. Es recomendable tener al menos uno en casa y, ante amenazantes nubarrones negros, echarlo en la mochila cuando vayamos a salir a la calle. En el mundo de la empresa, esta visión-predicción debería aplicarse a la gestión de todo negocio: no es recomendable afrontar una crisis cuando ya estamos inmersos en ella, sino que es necesario ir realizando frecuentes chequeos de la actividad, productos y servicios que comercializamos y prestamos respectivamente, para ver en qué se puede mejorar, qué se está haciendo bien y qué es susceptible de cambiar en positivo.
El análisis al que hacemos referencia debe contemplar todos los pasos de la cadena de producción-prestación. Es decir, desde el mismo concepto de lo que comercializamos a cuánto nos cuesta, cuánto obtenemos por ello, etc.

A bote pronto, es fundamental echar números para analizar, con la cuenta de resultados en la mano, dónde se pueden contener mejor los costes o cómo ahorrar gastos. “Este documento dice mucho más de una empresa de lo que se puede pensar a primera vista. Pero hay que hacerla bien y presentarla y analizarla con el debido detalle. Sobre todo, lo importante es saber si la empresa gana o pierde dinero. Dará indicios de cuáles son las razones por las que se gana o se pierde”. Lo explica así Francisco López, consultor autor del libro ‘La cuenta de resultados’.
Pero, como señalamos, el dinero, los datos económicos puros y duros son solo una parte de todo lo que debe controlarse y estudiarse al detalle. La clave está en saber bien cuáles son las fortalezas y debilidades de la empresa y, a partir de estas, una vez detectadas, actuar en consecuencia con las estrategias e ideas que pueden hacer de esas debilidades más fortalezas y que harán más fuertes a las primeras.

Quién eres y qué estás ofreciendo.

Define primero, sin edulcorante alguno, qué tipo de negocio eres, qué servicios y/o productos estás prestando y compara estas conclusiones con lo que está haciendo la competencia, las otras empresas del sector. Tal vez sea necesario diferenciarte de ellos por precio, por calidad, por prestaciones… Pero es así como sacarás algo en claro para que destaques por encima del resto.

Análisis DAFO.

A raíz del autoconocimiento anterior, elabora un inventario con tus debilidades y fortalezas, las amenazas que hay en tu entorno y que oportunidades te brinda el contexto en el que actúas. Este paso es clave tanto al inicio de actividad como durante toda la vida de la empresa. Cada cierto tiempo es muy recomendable realizar este ejercicio de autocrítica.

Formación y conocimiento máximo del sector en el que operas.

Si ya sabemos bien nuestra realidad, qué tenemos y qué nos falta para ser más competitivos, hay que conocer qué pide el mercado, cuáles son las tendencias imperantes y qué cambios de están produciendo entre los consumidores y los potenciales clientes.
Para ello, es importante acudir a eventos, jornadas, conferencias y seminarios en los que se trate sobre estos temas y ser un poco “autodidactas”. Es decir, por nuestra cuenta y riesgo investigar qué está de moda, qué se lleva y se llevará en nuestro sector. Existen numerosas consultoras y organizaciones que realizan estudios sectoriales, encuestas y trabajos de investigación que nos servirán como fuente de información. Si no los conoces, acude a una asociación representativa que seguramente te orientará al respecto.

El networking es la clave.

Hoy en día todo el mundo habla de este fenómeno. Las relaciones interpersonales, la generación de sinergias entre empresarios y profesionales y la creación de lazos duraderos y productivos entre empresas nos ayudará también a mejorar nuestro negocio. compartir experiencias con otras personas a las que es susceptible de interesarles nuestro bien nos ayudará a testar de primera mano los pros y contras que puede tener. También es la mejor manera de encontrar aliados para ser más rentables. En definitiva, el networking nos abrirá todo un mundo de posibilidades.

Innovación y desarrollo.

El I+D es posible en cualquier actividad, en cualquier tipo de empresa, ya hablemos de un pequeño comercio o de una multinacional informática.
Se trata de analizar procesos e introducir cambios que puedan mejorar nuestra empresa y ser más rentables. No solo en cuanto al producto en sí, sino el proceso, toda la cadena de producción y logística y distribución. Esto debe ir integrado dentro de una cultura de innovación continua en cualquier compañía, de forma que todos los integrantes de la misma puedan proponer, investigar, detectar oportunidades y no tener miedo para realizar propuestas. Las válidas, deberían aplicarse. En caso de errores, nunca penalizar a la persona que lo puso sobre la mesa. Hasta de un enunciado desacertado se pueden extraer aspectos positivos.

Muy Pymes

No hay comentarios:

Publicar un comentario