lunes, 18 de septiembre de 2017

5 claves para dejar de ser un jefe (de medio pelo) y convertirse en un gran líder

Pese a que a ojos de algunos jefe y líder son conceptos absolutamente intercambiables entre sí, lo cierto es que hay años luz entre uno y otro término.
Mientras que quienes son jefes (sin más) tratan de sacar todo su jugo a las personas a su cargo para saborear las miles del éxito(del éxito propio), los líderes se preocupan de empoderar a sus subordinados más allá de “chuparles la sangre” laboralmente.

Afortunadamente el estatus de jefe (corriente y moliente) no es inmutable y puede, si se trabaja adecuadamente, tornar eventualmente en líder. Si está decidido a cambiar y dejar de ser jefe para convertirse en líder, debería hacer suyos los hábitosque disecciona a continuación Inc.:
1. Encuentre un propósito más allá del dinero
Aunque está fuera de toda duda que el dinero es importante, en el camino hacia el liderazgo es vital encontrar un propósito que vaya más allá del dinero. Si la única razón por la que acude al trabajo es el dinero, sus subalternos lo acabarán notando tarde o temprano y lo tendrá mucho más complicado para convertirlos en sus aliados.
2. Deje de poner excusas
Poner permanentemente excusas y aducir razones de falta de tiempo para no pensar de manera crítica y liderar adecuadamente a sus empleados es típico de los mediocres (que no tienen madera de líderes). Un buen líder no pone excusas, asume la responsabilidad que le toca y se pone manos a la obra para sacar adelante su tareas (sin que haya gimoteos de por medio).
3. Busque maneras de servir a otras personas fuera del trabajo
Como bien dijo una vez el bueno de Winston Churchill, “nos ganamos la vida con lo que conseguimos, pero nos hacemos una vida con lo que damos”. Busque, por lo tanto, forma de servir a su comunidad fuera del trabajo. Si se toma la molestia de renunciar a parte de su tiempo libre y servir a aquellos que no conoce, lo tendrá más fácil para servir adecuadamente a aquellos a los que tiene a diario a su cargo en el trabajo.
4. Predique con el ejemplo
Predicar con el ejemplo es algo que se deja notar en todo lo que hacen los líderes: desde la hora a la que acuden a la oficina a las vacaciones que se toman a lo largo del año, pasando por la ropa que llevan puesta y las decisiones que toman dentro y fuera del trabajo. Las elecciones que los jefes hacen a diario son sometidas inevitablemente al escrutinio de los demás. Por eso, es esencial que tales acciones ejemplifiquen realmente la manera en la que desean ser retratados por sus subalternos.
5. Deje de pensar que necesita ser un héroe
A menudo los jefes cometen el error de creer que son los únicos que están capacitados para hacer las cosas de manera correcta y de tener que involucrarse en todas y cada de las decisiones. Un líder no es un héroe (solitario). Es alguien que sabe rodearse de gente con talento, a la que sabe pedir ayuda y ceder responsabilidades cuando así lo cree necesario.

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