miércoles, 9 de marzo de 2016

3 preguntas (capciosas) que toda marca debería hacerse a sí misma de vez en cuando

Las preguntas son a veces auténticos puñales que se clavan en el pecho de aquellos a quienes van dirigidas. Quizás por esta razón las marcas, que se las saben todas, son muy dadas a rehuir las preguntas que los clientes tienen a bien a formularles en las redes sociales.
Aunque a veces supuran veneno, las preguntas son necesarias (como también lo son las respuestas a tales cuestiones). Y por eso las marcas deberían tomarse  la molestia no sólo de responder a las preguntas de sus clientes sino también de contestar a cuestiones que salgan de sus propios labios (y no de terceros). De hecho, toda marca que se precie debería responder a las preguntas que desgrana a continuación  Onlinemarketing.de.
1. ¿Cómo es tu cliente ideal?

Lamentablemente las marcas no pueden hacer feliz a todo el mundo. Están obligadas a tener en mente un “target” muy concreto, que no siempre es el más evidente (quienes compran sus productos y servicios). Un conferenciante que da, por ejemplo, charlas en la universidad, puede concluir (quizás precipitadamente) que los alumnos son su público objetivo (con razón). Pero también serían su público objetivo los rectores y los decanos de las universidades, que son al fin y al cabo quienes le contratan.
2. ¿Qué productos y servicios ofreces al cliente?
A la hora de responder a esta pregunta es esencial que las marcas pongan el foco en los cambios que tienen lugar cuando el consumidor utiliza sus productos y servicios. Es muy importante que las marcas sean precisas y si éstas ponen en manos de sus clientes diferentes productos y servicios, deben formular diferentes “declaraciones de marca”. La “declaración de marca” de una empresa especializada en el desarrollo de herramientas “marketeras” podría ser, por ejemplo, esta: “Nos aseguramos de que nuestros clientes aprovechen al máximo su poco tiempo disponible”.
3. ¿Qué ventajas sacan tus clientes de tus productos y servicios?
La respuesta a esta tercera y última pregunta tiene que ver con algo importantísimo para las marcas: el valor añadido que aportan a su público objetivo. Para responder a este pregunta, las marcas deben tomarse su tiempo y evitar precipitarse con respuestas excesivamente manidas. Una marca especializada en seguridad podría descolgarse, por ejemplo, ante esta cuestión con esta respuesta: “Nuestros clientes pueden dormir seguros, viajar seguros y sentirse siempre protegidos”.

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